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domingo, 25 de julio de 2010

¿Dónde habita el amor...?


"¿Es el amor un arte? En tal caso, requiere conocimiento y esfuerzo. ¿O es el amor una sensación placentera, cuya experiencia es una cuestión de azar, algo con lo que uno "tropieza" si tiene suerte?" (Erich Fromm, El arte de amar)


Quizás el ser humano convierte lo azaroso en un arte, o bien al contrario, convierte un arte en algo azaroso. Pero si el amor pudiera ser considerado como la única respuesta satisfactoria al problema de la existencia humana, entonces toda sociedad que excluya, relativamente, el desarrollo del amor, a la larga perecerá por su propia contradicción con las necesidades básicas de la naturaleza del ser humano.

2 comentarios:

  1. En mi opinión, el azar ni siquiera interviene como desencadenante del amor, sino del enamoramiento (y no siempre).
    El enamoramiento si puede ser un accidente. Nadie elige enamorarse y menos de una persona concreta, aunque sería difícil explicar qué hace que esa persona conecte con tus necesidades. En todo caso, esa emoción, a veces te sorprende como una lluvia fina, tranquila, imperceptible de la que no te das cuenta hasta que ya tienes empapado el corazón. Otras te asalta como un relámpago violento y cegador, un sutnami que le da vuelta a tu vida.
    El amor, sin embargo, como la seducción es arte, pero sobretodo es voluntad. Es deseo consciente de conocer y aceptar al otro, es paciencia, trabajo y perseverancia. Es desear mantener cada día el enamoramiento inicial

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  2. A veces ese encharcamiento ciega al corazón y no le deja advertir que la lluvia le ha calado, que el agua ha llegado incluso a hundirle.
    El amor puede sentirse como un cuidado (que acaba por convertirse en un arte)

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