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sábado, 25 de noviembre de 2017

Antídotos y venenos

Si hubiera tenido un don, lo habría utilizado en aquel momento. Sin embargo se quedó paralizado, con el cuerpo de su amada yaciendo entre sus brazos. O, más bien, con lo que quedaba de ella. Todo había comenzado con una pelea, con una absurda pelea, en la que ella finalmente rompió a llorar hasta que sus lágrimas cubrieron su cuerpo de tal modo que acabó convertida en una gran lágrima que se diluyó, formando un lago en el lugar donde había estado. Y ahora era esa el agua que él tenía entre sus manos. La abarcaba a ella como nunca antes, y se reflejaba en ella como otras veces lo había hecho en sus ojos. Y, puesto que carecía del don para devolverle la vida, decidió bebérsela, aunque nunca supo si a modo de antídoto, para curar su ausencia, o de veneno, para morir con ella.



martes, 14 de noviembre de 2017

Tinta negra sobre fondo blanco

Cuando el odio se convierte en un hilo de oscuro líquido y se desliza por los recovecos más inesperados, cualquier color blanco, por inmaculado que sea, puede volverse turbio.

Horquillas de Chema Madoz
Tal y como ya escribió Alice Munro, allá por 1986, en su obra The Progress of Love: "One drop of hatred in your soul will spread and discolor everything like a drop of black ink in white milk".

domingo, 12 de noviembre de 2017

Bushido

Bushido, de la tradición japonesa, "conducta del guerrero", era un código ético respetado por los nobles guerreros, o samuráis (bushi), del Japón feudal. Al igual que las reglas propias de las órdenes de caballería, que prevalecieron en la Europa medieval, bushido se basaba en virtudes como la rectitud, el coraje, la perseverancia, la cortesía, la veracidad y, en especial, la lealtad. Sólo a través del ejercicio de tales virtudes podía un caballero conservar su honor, y quien lo mancillase se veía obligado y abocado al suicidio mediante el harakiri o seppukuEste código alcanzó su apogeo en el siglo XVI, pero al abolirse el feudalismo (a mediados del siglo XIX) se abandonó (aunque su influencia aún pueda percibirse en algunas actividades del ejército).


lunes, 6 de noviembre de 2017

A la luz de una vela

(Finalista Premio Orola 2017)


Era una noche nublada, allá por el siglo XVII. Miguel no conseguía dormir. Una idea rondaba por su cabeza y no le dejaba conciliar el sueño. Encendió una vela y se dirigió hacia su mesa. Y allí sentado, a la luz de aquella vela, la idea cobró forma con el movimiento de su pluma. Don Quijote y Sancho Panza habían nacido.
Siglos después un grupo de niños sentados a orillas del Tajo, en una noche nublada a la luz de una vela, leía en voz alta el último capítulo de Don Quijote de la Mancha, sin tan siquiera saber que Cervantes necesitó tantas velas como noches en vela pasó para concluir las andanzas del ingenioso hidalgo.